jueves, 5 de junio de 2014

El gobierno de CK y los monopolios nos quieren hacer pagar el ajuste.

En la Zona Norte del Gran Buenos Aires hay una impresionante oleada de despidos y suspensiones de trabajadores. En Gestamp los compañeros se plantaron.
En los últimos días se sucedieron despidos y suspensiones en la alemana Krombers en el parque Pilar, Emfer, empresas del plástico, gráficos, frigoríficos, etc. En la autopartista española Gestamp, donde trabajan más de 400 compañeros, despidieron 75 trabajadores en Planta 1. Los empresarios aducen “mala conducta” y falta de trabajo. Los mismos que “la levantaron con pala” durante años con el boom de las automotrices (trabajan para Ford, Volkswagen, GM, Peugeot), militarizaron la planta con el secretario de Seguridad Berni a la cabeza. 
Los compañeros igual cortaron la Panamericana y las calles laterales a la planta varias veces, metieron una carpa en la puerta y movilizaron al Ministerio de Trabajo en Capital Federal. La empresa operó junto al secretario general de SmataPignanelli, que armó patotas, y ofreció dinero a los trabajadores, lo que hizo que algunos delegados arreglaran.
Con audacia, un conjunto de trabajadores lograron eludir las guardias de Gendarmería, Infantería y el Grupo Halcón, ocupando un sector importante de la planta, el corazón de la producción. Esto se logró el martes 27/5, con muchas discusiones con el PTS que decía que el conflicto tenía que seguir sólo desde afuera. Los que se metieron tomando el puente grúa paralizaron toda la planta. Ahí vuelve actuar el bombero de Pignanelli, queriendo aislar a los compañeros despedidos. Como se ve, hubo discusiones por “derecha” y por “izquierda”. 
El conflicto empezó en abril. Estuvieron un mes suspendidos. Después del feriado largo del 1 de mayo los compañeros ingresaron a la planta porque vencían las suspensiones, pero la empresa notificó inmediatamente que fue un error que ingresaran porque seguían suspendidos. Los trabajadores hicieron varias asambleas y estuvieron más de tres días adentro de la fábrica con muchas discusiones, contra la presión de la empresa, del sindicato, y hasta del mismo PTS, que querían que salieran.
Gran cantidad de compañeros de distintas organizaciones, entre ellos la CCC, el PCR y Liberpueblo, estuvimos haciendo el aguante en las cuatro entradas que tiene la planta. En esta extraordinaria lucha, ni todo el operativo policial logró sacar de la planta a los trabajadores. Por esto y por la solidaridad, el 31/5 tuvo que intervenir el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, con el ministro de Trabajo, que con otros funcionarios tuvo que ir a negociar con los trabajadores en la planta. 
Nefasto papel del gobierno
Así se logró una conciliación obligatoria que dictamina que todos los trabajadores vuelvan a ocupar su puesto de trabajo, el lunes 2 de junio. Es un paso muy importante porque se logra que se abra una mesa de negociación con los trabajadores. La empresa, aduciendo trabajos de “limpieza”, no permitió el ingreso a la planta a ningún trabajador, mientras se desplegaba un inmenso operativo represivo con la gendarmería fuera de la planta, y la infantería de la policía provincial, adentro. 
Fue nefasto el papel del gobierno nacional, con la propia presidenta hablando en contra de los trabajadores: “no hay toma del Palacio de Invierno, estamos en un mundo nuevo… donde el capital financiero, que hoy domina el mundo, ya no necesita explotar a nadie; ya a nadie le importa cuando cierra una fábrica y quedan 5.000 trabajadores afuera”. Por eso apoya a los burócratas sindicales como Pignanelli, Yasky, Caló y otros, que no dicen nada antes los despidos. El jefe de Gabinete reiteró sus ataques el lunes 2. El ministro de Trabajo de la Nación, Tomada, en su resolución de conciliación sólo exigía que los trabajadores salgan de la fábrica, cuando corresponde que la conciliación sea con todos los despedidos adentro. Hablan de que los monopolios son el mal de los argentinos, y en los hechos los apoyan, dejando a los trabajadores a la deriva.
La gran lucha de los compañeros de Gestamp recibe el apoyo de todos los trabajadores y el pueblo, y es el camino para no pagar la crisis que viene descargando sobre nuestras espaldas el gobierno de Cristina Kirchner, que ahora festeja el pago de miles de millones de dólares a los usureros del Club de Paris.
Los monopolios imperialistas se llenan de guita con nuestro trabajo y descargan su crisis con suspensiones y despidos. Así lo hizo la autopartista yanqui Lear suspendiendo 360 compañeros, y varias terminales, como los alemanes de Volkswagen de Pacheco, y los yanquis de Ford, con el argumento de falta de piezas, ocultando la caída en las ventas.
Esto se da en medio de una inflación que no se aguanta más: aumenta el agua, el gas, la luz y todos los suministros. Mientras, en las paritarias los jerarcas sindicales firman sin consulta, por debajo de la inflación (30% en cuotas cuando la inflación llega al 40% anual), y el gobierno, con el impuesto a la ganancia te saca la mitad de lo conseguido. Urge un paro nacional unitario de 36 horas. Ese es el objetivo del trabajadores